Ventajas de ser incomprendido: marzo 2011

Nota*: este artículo lleva escrito desde hace tiempo.

Ahora mismo, me lo paso de lujo pensando, en todos aquellos gandules que llegaron por un pequeño y fugaz momento de sus vidas a pensar que sus artistas preferidos eran tan grandes en sus obras como en su vida personal, me río, no puedo evitarlo, de todos aquellos quienes dejan que les vendan toda, absolutamente toda la basura que les quepa y que más tarde, no conforme con eso, se enorgullecen de ello.

Debo admitir que no solo no soy fan de los personajes salidos de operación triunfo, independientemente de sus cualidades, no soy un ser partidario ya no sólo del descarado juego en el que hacen una mezcla de reality garrulo y televisión de pacotilla con el único objetivo de ganar dinero fácil. Pero aparte de eso, no tengo nada en contra de que alguien se quiera prestar a ello, (te gusta la bazofia, a quién le importa), sin embargo, hasta una figura tan bien conservada como la de un artista que nada entre la cumbre de lo comercial puede recaer por el único lugar donde debería dar la guinda de su arte, me estoy refiriendo, claramente, a internet.

Si bien muchos se quejan de que internet es la base de las pérdidas millonarias de la música, nada mas lejos de la realidad, es la base del intercambio de información, gracias a internet gente que no tenía ni idea de que un músico existía puede saber cuantos discos ha sacado, en que años y un larguísimo etc. Si bien es cierto que la descarga y venta ilegal hacen daño, tambien es cierto que muchisimo mas daño hace la falta de interés por la modernización y adaptación a los cambios, tener en cuenta el hecho de que, siempre que hubo ley, hubo trampa, pero que yo sepa, hasta día de hoy Steam e Itunes no han tenido ni una maldita pérdida desde su nacimiento mas que la de la competencia. Sin embargo, no vengo a hablar de la Ley Sinde ni de los inconscientes que la defienden, voy a hablar de los artistas que no tienen otra cosa que hacer que salir de la casa de caramelo que sus managers les prepararon y crear un pequeño orificio donde escupir mierda.

Ya desde un principio las redes sociales dieron de qué hablar, pero en muchos casos, no son más que lugares de encuentro y conocimiento, conocer gente y poder realizar una pregunta directa a su autor, sin ningún tipo de problema, ya siendo, anónimamente o no. A muchos nos ha alegrado poder twittear a un cantante o a un escritor y darle nuestra enhorabuena u opinión con un simple click y a muchos otros, con suerte, él mismo autor no ha tenido impedimento alguno de contestarnos, tengamos en cuenta que es aquí donde llega la verdadera realidad, es decir, no hay ningún tipo de intermediario. A pesar de ello, muchos de estos artistas no tienen ni la mas remota idea del impacto que puede causar sobre su imagen decir alguna estupidez en público, hablemos de tres en concreto:

David Bisbal, Alejandro Sanz y el periodista Jordi gonzález.

La cagada de Bisbal

En este caso la gracia ocurrió en twitter, donde el artista esta acostumbrado a hacer comentarios sobre lo que ocurre en la realidad y a, por supuesto comentar a sus fans, pero un día lluvioso, de esos en que no deberías salir de casa, con respecto a la situación egipcia comentó lo escrito. A sí que la respuesta por parte de los usuarios no se hizo de rogar, debo decir, que me alegra saber que en vez de lloverle insultos, lo masacraron a base de memes como estos: