viernes, 13 de noviembre de 2009

La boda(1)

Por qué odio las bodas (1)

La misa

Tras años de relación y entretenida convivencia algun familiar decide que es hora de casarse. Casarse para algunos es como llegar a su máximo cometido en la vida, como Willy Fog cuando estaba en su 79 día (despues de cientos de capítulos diarios, cosa que, aún no entiendo muy bien). Lamentablemente, lo malo llega cuando te invitan.

Tíos segundos sobrinos de tu padre, y te toca pringrar.
Y pringas.

Y te levantas un domingo, a las 9 de la mañana (algo doloroso), para ponerte un traje que pica (si, el de la comunión de tu nueva prima hace 3 años), una camisa que ahoga, eso sí, con el nudo de la corbata ya hecho, que bastante te costó en su momento y unos zapatos 3 tallas mas grandes, segun las leyes de mamá, es algo útil, y finalmente, dentro de ese montón de capa textil, estas tú, un precioso Lemming sin escapatoria. Más de uno admitira, que era la segunda o la vez primera, que iba de "misa", o como llamen a eso de estar de pie, sentarse, estar de pie, sentarse y ese jolgorio de buen rollo, mejor que las canciones de King África.

Bastante divertido durante un tiempo, pero cansa despues de un rato. No oyes nada, solo el murmullo de un cura a lo lejos (cosas del técnico y de los altavoces marca SonyA que puso hace 25 años), cómo no, el novia y/o novio sonríen como si nunca se hubieran visto, como dos tontos a punto de dar el gran paso, que es, cómo no, hacia atrás. Jamás entenderé, en que crudo momento de la vida te ves en la obligación de saludar a TODA persona que, culpable, tuvo algun lazo de sangre lejano o cercano contigo. Lo peor de todo es, que al igual que Marco cuando encontró a su mamá (si es que lo hizo), no tienes nada que decirles. En este campo de la familia hay varios tipos:

Los normales:
-¿qué tal Antonio? ¿como te va?
- bien y tu?
-bien
-...
-....
-bueno, nos vemos
-pues eso, adios

Los que creen que te interesa sus vidas:

-¿qué tal Antonio? ¿como te va?
- bien ¿y tu?
- bien bien, el otro día estuve en la fábrica, y en el descanso, tomandome un café, cuando me quise dar cuenta me encontre con una chiquilla que llevaba un vestido verde y...

Los descriptivos:

-¿qué tal Antonio? ¿como te va?
- bien y tu?
- bien bien, el otro día estuve en la fábrica la de la calle alcatraz 123, y en el descanso de las 11 y media, porque nos vambiaron la hora, me estaba tomando un café con leche y dos cucharadas de azúcar, cuando me quise dar cuenta me encontre con una chiquilla que llevaba un vestido verde, horrible por cierto (eso era para dar énfasis al asunto) y con una flores más feas así como rosa...


Los que tienen la extraña pero continua creencia de que recuerdas algo de ellos:

-¿qué tal Antonio? ¿como te va?
- bien ¿y tu?
- bien bien, ¿no me conoces?, venga hombre, seguro que te acuerdas de mí, el que te tiraba de los mofletes cuando tenías 3 años...
-no caigo...
-si chiquillo, el que traia chuches a tu hermana y a ti te daba el regaliz, ¡que te encantaba!
- han pasado 15 años nose yo si...
-¡hombre!, ¡claro que si! el que jugaba contigo a la pelota y te dió un pelotazo en la cara y te partiste un diente y...
-si... creo que mas o menos...
- claro hombre!, pues, ¿a que no sabes que me paso el otro día? mira, estuve en la fábrica, y en el descanso...

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